Los estudios realizados en lugares como los Parques Eólicos de Casselman (EE.UU.) y de Alberta (Canadá), muestran que los murciélagos se desploman muertos en pleno vuelo por la noche, puesto que en los días en que hace poco viento las palas de las turbinas giran a menor velocidad. Al parecer, el movimiento de las palas causa una descompresión en el aire circundante, provocando una súbita dilatación de los pulmones del murciélago que hace reventar sus vasos sanguíneos. La desaceleración de las palas en períodos de bajo viento reduce significativamente la mortalidad de los murciélagos en un 60%.
En la imagen un pulmón de murciélago dañado (A). Los cortes histológicos muestran un pulmón normal (B) y otro dañado (C) con señales de hemorragia y congestión. La figura D muestra un pulmón lesionado con el 90% de los alveolos y las vías respiratorias afectadas con edema.